LA PSICOMOTRICIDAD A PARTIR DEL JUEGO EN LA ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL

INTRODUCCIÓN
 Todos sabemos que los niños/as de la Etapa de Educación Infantil se encuentran en un momento de sus vida en el que están en continuo movimiento, cualidad que hace que vaya consiguiendo progresivamente su desarrollo, tanto a nivel motor, cognitivo, afectivo y social. Por tanto, el desarrollo integral del pequeño/a depende del desarrollo de la Psicomotricidad, dedicándole a este fin  todo el tiempo posible. A través de juegos, cuentos motrices, circuitos, grafomotricidad y en definitiva con sus actividades cotidianas, conseguirán los fines propuestos por los docentes.
Como un breve avance, vamos a ver una estimación a la definición del término de Psicomotricidad orientándola a la Educación Infantil, su repercusión en el sistema educativo con respecto a todos los elementos conforman el Currículum (Objetivos, Contenidos, Orientaciones metodológicas y Evaluación), centrándonos en el juego como componente esencial de las orientaciones metodológicas, realizando varias clasificaciones, considerándolo el  vehículo principal en el desarrollo psicomotriz del niño/a. Finalizando con una conclusión personal y referencias bibliográficas al respecto.

DESARROLLO
 La Psicomotricidad, desde el punto de vista de la Educación, se puede entender como la técnica la cuál favorece mediante el dominio del movimiento corporal, la relación que el niño/a va a establecer con el mundo que le rodea, tanto a nivel personal como social. Al realizar un análisis lingüístico del término, vemos que consta de dos componentes: el motriz y le psíquico. Ambos elementos  son las dos caras del proceso de desarrollo integral del pequeño/a de la etapa de Educación Infantil.
 Vemos como para Piaget, la actividad motriz del niño/a es incluso la base del desarrollo de la inteligencia, ya que según este autor, los dos primeros años de su vida están basados en la inteligencia sensorio-motora, adquiriendo los conocimientos a través de los sentidos y el desarrollo motor.
De este modo, es una realidad que la Psicomotricidad ocupe un lugar importante en la Educación Infantil, existiendo una gran interrelación entre el desarrollo motor, afectivo, cognitivo y social del pequeño/a. 
            Para justificar la importancia de la Psicomotricidad en esta etapa, nos vamos a centrar en nuestro Currículum a través del Decreto 428/08 del 29 de Julio por el que se establece la ordenación y enseñanzas correspondientes a Educación Infantil en Andalucía y en la Orden 5 de Agosto de 2008 por el que se desarrolla dicho Currículum, de modo que haciendo un recorrido por sus Objetivos, Contenidos, Metodología y Evaluación, lo veamos claramente. 
Los Objetivos que se encuentran más relacionados con la Psicomotricidad son:
a)    Construir su propia identidad e ir formándose una imagen ajustada y positiva de sí mismos, tomando gradualmente conciencia de sus emociones y sentimientos a través del conocimiento y valoración de las características propias, posibilidades y límites.
b)    Adquirir progresivamente autonomía en la realización de sus actividades habituales y práctica de hábitos básicos de salud y bienestar y promover su capacidad de iniciativa.
Los Contendidos. La Psicomotricidad aparece inmersa en: 
Área I: Conocimiento de sí mismo y Autonomía personal. Bloque 1. Identidad Personal el cuerpo y los demás. Bloque 2. Vida cotidiana, autonomía y juego.
Área II: Conocimiento del entorno. Bloque 1: Medio físico: elementos, relaciones y medidas. Objetos, acciones y relaciones. Bloque 2: Acercamiento a la naturaleza. Bloque 3: Vida en sociedad y cultura.
Área III: Lenguajes: Comunicación y Representación. Bloque 1: Lenguaje Corporal. Bloque 3: Lenguaje Artístico y Musical. Bloque 4: Lenguaje Audiovisual y las tecnologías de la Información y Comunicación
En la Etapa Infantil nos centramos en el desarrollo de tres aspectos fundamentales que se secuencian según (José Conde & Virginia Viciana), de la siguiente manera:
            El aspecto referido a la evolución del Control Corporal, por el que el niño/a a partir de su sucesiva adquisición de tono muscular en los diversos segmentos corporales, puede ir adoptando posturas cada vez más autónomas, lo que le irá permitiendo reconocer cada vez mejor su propio cuerpo, tomando progresivamente una mayor conciencia de él. De esta forma tendrán cabida todas aquellas habilidades referentes al dominio del cuerpo y su mejor conocimiento, A.T.P.E, Esquema corporal, Lateralidad, Respiración, Relajación y Sensoperceptores (vista, oído, tacto, olfato y gusto).
El referido a la evolución de la Locomoción, que se consigue cuando el niño/a llega a adquirir un tono muscular adecuado que le permita realizar determinados ajustes posturales a partir de los cuales pueda comenzar a desplazarse con autonomía. Partimos de los movimientos elementales locomotores, considerados como los primeros movimientos voluntarios (Reptación, Gateo, Trepa, Ponerse de pie)  que provienen de determinados movimientos reflejos.  Estos movimientos elementales van tomando un criterio de especificidad derivando en lo que denominamos Desplazamientos Naturales (Marcha Erecta, Carrera y Primeros Desplazamientos acuáticos), Desplazamientos Construidos y Saltos.
             Y por último el referido  a la evolución de la Manipulación, lo que le distingue de otras especies, permitiendo que la conquista del mundo se pueda conseguir de forma más resolutiva.  La capacidad de utilizar las manos con destreza, es lo que ha permitido al ser humano dar un salto cualitativo con respecto a otras especies. Aquí situaremos todas aquellas adquisiciones que parten del reflejo de prensión, derivando en movimientos manipulativos (alcanzar, tomar o agarrar, soltar, arrojar y atajar). Al igual que con la Locomoción, estos movimientos van tomando especificidad para evolucionar hacia adquisiciones más complejas clasificadas en Lanzamientos y Recepciones.
            Entre las Habilidades de Locomoción y Manipulación, situamos a los Giros, al tener componentes de ambos aspectos.
            Estas tres categorías a su vez derivan en lo que son Habilidades Genéricas (Botes, Conducciones, Golpeos con pie y mano, Paradas, Desvíos…) que  para su desarrollo se necesita mayor madurez.
            Pasamos ahora a otro componente del currículum de Educación Infantil que es las Orientaciones Metodológicas, ya que lo que los niños y niñas aprenden dependen en gran medida de cómo lo van a aprender. Por esta razón es importante citar la  Metodología.
En el desarrollo psicomotriz la abordamos desde un enfoque globalizador y aprendizaje significativo, atendiendo a la diversidad respetando las individualidades y el ritmo del desarrollo de cada uno/a de los/las discentes. Acercando al alumno/a a la realidad de un modo activo y participativo. Potenciando en ellos/as situaciones de manipular, observar, explorar, construir… Con la ayuda de espacios y materiales apropiados para su propio desarrollo. Y por supuesto desde una dinámica lúdica y divertida que respete sus intereses y necesidades.
            Citando a (Vidanes & Espinosa, 1991):
 “La actividad física y metal del niño/a es una de las fuentes principales de sus aprendizajes y de su desarrollo. Esta actividad tendrá un carácter constructivo en la media en que a través del juego, la acción y la experimentación descubra propiedades y relaciones para que vaya construyendo sus conocimientos. Es imprescindible destacar la importancia del juego como la actividad propia de esta etapa”.
De esta forma el juego no se considera como un instrumento de aprendizaje aislado, sino como el propio aprendizaje en sí, que sirve como el vehículo para la adquisición de los Contenidos de cada Área de Conocimiento y Experiencia, evitando las formas de transmisión de los aprendizajes no adecuados a los intereses y necesidades de los niños/as. En definitiva el discente aprende jugando de una forma globalizada y construyendo aprendizajes significativos.
El juego psicomotor se despliega a lo largo de la infancia en tres niveles evolutivos (Garaigordobil, 1990):
- Primero: juegos que tienen lugar con el propio cuerpo.
- Segundo: juegos que se desarrollan con el propio cuerpo y con los objetos.
- Tercero: juegos realizados con su propio cuerpo, con objetos y con los otros.
Entre los 3 y 4 años los juegos motrices son variados y de gran ayuda en el desarrollo psicomotriz infantil. A esta edad realizan construcciones con cubos y comienzan a tener destreza en la coordinación óculo-motora jugando a apilar, juntar, encajar, hacer rodar, mostrando además un gran interés por estas actividades.
Los juegos que más se realizan en estas edades son los juegos de equilibrio con la carretilla o el triciclo, juegos con pelota, juegos de correr, juegos de golpear con los pies objetos y  juegos de dar volteretas. También empiezan a dibujar y pintar, mostrando también un aumento en la destreza óculo-manual y con un carácter claramente lúdico.
Durante los 4 y 5 años existe una mejora en la coordinación dinámica global; mejoran en el salto, juegan a andar por diferentes superficies, con una mejora clara en el equilibrio. También empiezan a realizar juegos organizados sencillos de pelota y juegos de habilidad corporal (mejora en la percepción espacio-visual y la coordinación óculo-motriz y óculo-manual). Empieza a realizar actividades en el grupo, donde comienzan a desarrollarse los juegos de imitación.
Hacia los 5 y 6 años perfecciona el encaje de las piezas y puzles, motivándole en un alto grado todas aquellas actividades que supongan el clavar, atornillar, unir, montar, etc.
A continuación vamos a ver una clasificación de los juego realizada por  Gutiérrez Delgado, (1991):
  1. Juegos de coordinación psicomotriz. Estos juegos parten de que el niño y la niña a los 3 años pueden correr, hacia los 4-5 años controlan mejor la iniciación de un movimiento, las paradas y los cambios de dirección. A los 5-6 años domina el equilibrio estático e involucra la carrera en el juego.
 Los juegos que lo componen son:
- Juegos de motricidad gruesa: coordinación dinámica global, equilibrio, respiración y relajación.
-  Juegos de motricidad fina: coordinación óculo-manual.
- Juegos donde intervienen otros aspectos motores: fuerza muscular, velocidad, control del movimiento, equilibrio, reflejos, resistencia, precisión, confianza en el uso del cuerpo…
2.  Juegos de estructuración perceptiva:
-  Juegos sobre el esquema corporal: conocimiento de las partes del cuerpo.
- Juegos de lateralidad: respecto a la lateralidad deberemos respetar que hasta los cinco años el niño y la niña utilizan las dos partes de un modo poco diferenciado. En este sentido, los planteamientos lúdicos tendrán un carácter global y enriquecedor a nivel segmentario.
- Juegos de estructuración espacio-temporal: es en esta etapa, cuando el niño/a empieza a reconocer y reproducir formas geométricas, tomando conciencia de la derecha e izquierda, y enriqueciendo sus nociones de arriba, debajo, delante, atrás, situaciones (dentro, fuera), en cuanto al tamaño (grande, pequeño) y la dirección (a, hasta, desde, aquí, allí). Con todos estos recursos el niño/a podrá escoger otras referencias además del cuerpo y podrá situarse en otras perspectivas.
Según Piaget (1959) podrá organizar su espacio, respetando proporciones y dimensiones. La orientación temporal es indisociable de la orientación espacial. Las relaciones entre espacio, tiempo y velocidad, aparecen al final de esta etapa.
-  Juegos de percepción espacio-visual: percepción visual: partes-todo, figura-fondo, noción de dirección, orientación y estructuración espacial, captación de posiciones en el espacio, relaciones espaciales, topología: abierto-cerrado…
- Juegos de percepción rítmico-temporal: percepción auditiva, ritmo, orientación y  temporalización.
- Juegos de percepción táctil, gustativa, olfativa, auditiva y visual.
La Evaluación. Para desarrollar este punto, vamos a centrar en la Orden de Evaluación de 29 de Diciembre de 2008, por la que se establece la evaluación en la Educación Infantil en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
 Está claro que los docentes no tienen simplemente una labor pasiva. A ellos les corresponde una actividad valorativa e investigadora a través de la técnica de  la observación, siempre con una actitud flexible. Será esa observación diaria de la espontaneidad del movimiento de su cuerpo la que les posibilite conocer las características propias y limitaciones de cada alumno/a.
La evaluación se puede llevar a cabo en tres momentos:
Evaluación Inicial: trata de recoger datos relevantes sobre los alumnos y  alumnas para saber desde donde partir a la hora de conseguir avances en la psicomotricidad. Se incluyen también la información proporcionada por los familiares y en algunos casos los facilitados por médicos, pedagogos…
Evaluación Continua: se van a analizar los progresos a nivel psicomotriz que los alumnos/as están consiguiendo.
Evaluación Final: se realizará una valoración de lo desarrollado a lo largo de todo el curso, a partir de los datos obtenidos de la evaluación continua. 
 Sin olvidar que el propio docente debe realizar una Autoevaluación, ya que es la forma de darse cuenta si se ha conseguido las metas pretendidas y si no han sido así corregir los fallos con el fin de mejorar la labor docente. Por ejemplo: si las actividades propuestas a los alumnos/as han sido de fácil comprensión o les ha costado entenderlas, si han seguido  el patrón lúdico deseado, si hemos utilizado  materiales y recursos adecuados para el fin de la actividad, si las actividades realizadas han desarrollado los segmentos corporales deseados…